lunes, 10 de octubre de 2011

Aaah, espere la nata*

Creo que esta es mi obra maestra.
Última frase del teniente Aldo Reine en Malditos Bastardos
(Quentin Tarantino, 2009)
Pero no será por su desarrollo, ni por su enfoque de la historia o su profundo contenido filosófico, desde luego.

*Nota "Aaah, espere la nata": Hans Landa no recuerda a Shoshana, pero ella sabe muy bien que el coronel nazi con quien está compartiendo mesa fue el responsable de la matanza de su familia en la persecución al pueblo judío, al que ella pertenece. Él pide dos strudel para el postre, pero se disculpa y le pide a ella que espere a que traigan la nata. Entonces esperamos a que la traigan la nata y vemos en un cercanísimo primer plano del plato como la sirven y como Shoshana, tratando de mantener la aparente calma de quien simplemente se está comiendo un postre, parte un trozo del pastel y lo junta con la nata antes de llevárselo a la boca. ¿Por qué tanta recreación en ese bocado de strudel? forma parte de la costumbre judía el no comer alimentos lácteos junto con el resto de la comida, el despiste de dejarse la nata a un lado hubiera sido delator así que una vez más, la conversación se juega en dos distintos niveles y la tensión crece sin alzar la voz.

Malditos Bastardos es un gran chiste más gracioso por quien lo cuenta que por el chiste en si, los detalles sutiles plagan sus interrogatorios y negociaciones, ahí está la maestría, en el plano de la nata, en el sudor del granjero que oculta una familia judía bajo el suelo o en la forma de pedir tres whiskys del soldado británico haciéndose pasar por un oficial alemán. Lo demás, una excusa para poder disfrutar de esos momentos... esperad a la nata.


Contra crítica: La vida de David Gale

La primera película comentada en Quemar después de ver fue La vida de David Gale (Alan Parker, 2003), en una entrada titulada Usted es políticamente incorrecto, así que ahora que yo como la otra mitad de este blog he visto la película quiero también comentarla y empezar a darle más sentido a que este blog sea cosa de dos.

La idea es buena, un activista (Kevin Spacey) contra la pena de muerte en EEUU acaba, ironías de la vida, condenado a muerte por el asesinato de su compañera de fatigas en su acción contra la pena capital. La historia es contada a través de unas entrevistas concedidas por el condenado los días antes a la ejecución, y esa forma de contarlo a uno, que le va el debate social, le promete mucho. No se limita a lo justo o injusto de la pena de muerte, ese tema se da por sobreentendido y se va a tocar otros temas más jugosos, la credibilidad de los tres actores principales ayuda y el ritmo con que avanza la historia es sencillamente el adecuado.

Sin embargo, algún tipo de miedo a ser demasiado sesuda acaba torciendo el guión del mensaje al artificio y poco a poco la intriga por resolver la parte turbia de la trama se come al debate generado. Lo que era una película protesta con el añadido de la intriga acaba al revés, en un thriller con cierto mensaje en el fondo, es una buena película pero, será cuestión de expectativas, creo que tenía chicha para haber sido mejor.

martes, 4 de octubre de 2011

La ciudad del amor

Hoy vuelvo con el romanticismo y el encanto francés y eso que no he pisado Francia en mi vida, eso si esta vez vuelvo con un conocido director norteamericano, que a pesar de su reconocida fama me ha enganchado pocas veces, de todas formas he de reconocer que me falta mucho por ver de él aun, así que no tengo una opinión tan formada como la que pueda tener un fanático de Woody Allen.

Midnight In Paris, es la vuelta al romanticismo, a la nostalgia, la calidez del amor y de la noche, con toques de comedia y con un final que te deja un buen sabor de boca.

Una película destinada a personas que sueñan con teletransportarse a otra era, donde no existian los ordenadores y donde los artistas solo pensaban en llevar sus ideas a cabo, pintar escribir, crear. En mi opinión en cierta manera esta pelicual refleja en el personaje de Gil (Owen Wilson) el deseo de nuestro yo moderno por vivir aquel pasado lleno de romanticismo e ideales, nuestra lucha por vivir la modernidad sin dejar de luchar por los sueños y la magia que aun se esconde detrás de cada ciudad, de cada libro, pintura o cine, para mi se podría definir esta pelicula como un suspiro hacia el pasado.


El personaje a destacar para mi es  Adriana el que interpreta Marion Cotillard ,hace un papel que le va como anillo al dedo sacando lo mejor de esa belleza especial que ella tiene esa dulzura y esa mirada bohemia que transmite al espectador. En esta pelicula hay muhcas verdades históricas y otras ficticias  y su personaje es una de esas ficciones a medias ya que aunque no exisistió como tal, el personaje refleja a una Musa del arte inspirando a los más ilustres artistas de la epoca.

Como he dicho no soy una apasionada de Woody Allen, pero sin duda para mi esta es una Obra de Arte digna de admiración.