martes, 30 de agosto de 2011

Luces, cámara, acción... !CORTEN!

El micrófono entra en el cuadro, el actor se mueve fuera del plano, un foco se funde, uno de los actores olvida sus frases, el protagonista se empeña en chupar más cámara... Vivir rodando (1995, Tom DiCillo) nos cuenta como es un día de rodaje de una película en el que todo parece estar saliendo mal, rindiendo homenaje a todos los equipos de trabajo que luchan por parir su obra contra todo imprevisto que pueda surgir.

Tom DiCillo, director de cine independiente, lo tuvo difícil para sacar adelante su proyecto. Los productores le retiraron su apoyo y tuvo que pedir a los actores que trabajaran gratis y a sus amigos que le ayudasen poniendo dinero de su bolsillo. Vivir rodando ya estaba basada en las dificultades de sacar adelante un rodaje cualquiera, pero se convirtió en fuente de su propia inspiración que solo se pudo terminar por el compromiso con el cine por amor al arte de las personas que participaron en ella.


Lo más atractivo, obviando lo interesante que pueda ser conocer el trabajo de hacer cine, es la manera en la que somos introducidos en el rodaje jugando con todo lo que se permite: el blanco y negro contra el color, el sueño contra la realidad, la ficción contra la verdad, etc. Con los últimos estrenos de cine uno tiene la sensación de que no se está perdiendo nada nuevo, salvo un par de sorpresas al año parece que ya se hayan agotado todas las ideas y lo que queda es hacer versiones y copias de lo que ya está hecho, pero garantizado que Vivir rodando no lo has visto en ningún otro sitio antes. Además de ese jugar al despiste que se trae la película con los recursos del cine, hay que destacar especialmente la actuación de Catherine Keener interpretando aquí a una actriz del montón, haciendo en esta historia un papel mediocre ante la cámara de la ficción pero un papel muy meritorio ante la cámara de verdad, una papeleta difícil muy bien resuelta.

Empieza pidiendo paciencia y forzando el aguante a la repetición, pero una vez te ha ganado quieres ver que será lo próximo, no solo lo próximo en este día de rodaje, sino también el próximo truco con el que nos van a sorprender en su peculiar forma de contarlo. Recomendado si te aburren los calcos de calcos, si reconoces el mérito de ser diferente (no digo raro, digo diferente) o si sencillamente te interesa el cine más allá de poder pasar un par de horas comiendo palomitas, el cine como trabajo de artesano. Esta es la radiografía de uno de esos momentos de magia, signifique lo que signifique esa magia.

martes, 16 de agosto de 2011

El Nota (The Dude)

a veces hay un hombre, no diré un héroe, porque ¿qué es un héroe? pero a veces hay un hombre, y aquí me estoy refiriendo al Nota…


El Nota no es un héroe. El Nota es un vago que vive en la ciudad de Los Angeles haciendo lo que le gusta y sin demasiadas preocupaciones. Tampoco aspira a demasiado y así va, con una vida tranquila entre partidas de bolos, bebiendo rusos blancos (vodka, leche y licor de café) y escuchando a los Creedence en el coche cuando no tumbado en casa. No diferencia entre los días laborables y los fines de semana, no tiene que estar pendiente de tener la casa limpia y ordenada y sus mejores amigos son sus compañeros de bolos. El pasota que todos llevamos dentro mira al Nota con una sonrisa reconociendo la vida que siempre anheló. El Nota es su héroe.

El gran Lebowski (Joel Coen, 1998) mete a un personaje como El Nota en una historia enrevesada por la que acaba investigando un secuestro, y esa historia sirve de excusa para que conozcamos un desfile de personajes caricaturizados con más estilo del que nunca tuvieron, personajes a los que algún día teníamos que conocer. Jeff Bridges y John Goodman tienen más minutos que nadie en pantalla y dan lo mejor de si, pero aquí hay decenas de secundarios con puede que menos de un minuto en escena (ese casero aficionado a la actuación, el taxista fan de los Eagles, los nihilistas...) pero todo su valor bien aprovechado. Esto es lo verdaderamente cómico de El gran Lebowski, cada uno de esos pintorescos personajes desenvolviéndose en una trama construida por sus mismas personalidades de manicomio.


Los hermanos Coen se gustan filmándoles y como resultado tenemos algunas escenas y diálogos que ya se han colado entre lo más recordado del cine en su época, como la épica entrada en escena de Jesús Quintana (John Turturro) o los desvariados razonamientos de Walter (John Goodman). En definitiva, una buena opción para hacer reír no solo al pasota que llevas dentro, sino a toda el rango de pequeños yo a los que nunca dejas salir del todo, el rato de recreo en tu cabeza que querrías tomarte más a menudo.

Ah, no soy un talibán de la versión original, pero El gran Lebowski es de las que merecen el esfuerzo, de verdad, The Dude se lo merece y mucho.

jueves, 11 de agosto de 2011

Usted es políticamente incorrecto

Hay peliculas que con solo verlas una vez, te dejan una sensación extraña, un recuerdo de un algo especial...

Hace años vi por casualidad La vida de David Gale y digo por casualidad porque ni siquiera sabia de que se trataba cuando empecé a verla, de hecho me esperaba que fuese la típica pelicula de tarde, no sabia ni quien la dirigia, ni que actores tenia...nada. Descubrí en ella una denuncia social (la pena de muerte) y una pelicula de intriga. Posiblemente esta mezcla a algunos les pueda molestar, por resultarles una forma comercial de vender el film, por parte del director Alan Parker, sin embargo a mi parece una buena forma de que se te quede grabada en la memoria.

Ayer pensandolo (a pesar de habersela recomendado a miles de personas) no recordaba por que me gustaba, simplemente que me pareció increíble en su momento y esa sensación es la que quedó en mi. Así que ayer decidí volverla a ver, y aunque  no me pareció tan sublime como la primera vez, si pude prestar más atención a cada una de las reflexiones que se hacia en dicha película, reflexiones sobre la existencia, la vida, la muerte y el ser en si mismo.

 Guiones ágiles y a la vez llenos de contenido, reflejos entorno a la sociedad de hoy en día, de como se frivoliza la vida de una persona y y de como puede una persona hacer que su vida deje de ser tan "frivola" a la vez y cobrar sentido en una simple decisión, incluso cuando esa persona es Políticamente incorrecta.
Dos horas que te invitan a pensar y a disfrutar ;)


(No he encontrado el trailer en español, pero espero que os sirva de aperitivo :D )

miércoles, 3 de agosto de 2011

Lo que tiene de especial


Un mes ya desde que empezamos a quemar y todavía no había ardido ni una palabra por mi parte. Ya era hora, pero a ratos la bombilla no se enciende y no hay nada que decir, tengo la firme intención de darle continuidad a Quemar después de ver pero el ritmo no soy yo quien lo marca. Ponerle nota a una película es muy fácil y hablar sobre técnica cinematográfica de manera que crean que sabes de lo que hablas también, a poco que te fijes en lo que ves. Sin embargo, aquí me gustaría afrontar algo más retador: ponerle palabras a ese algo que tienen el final de Los cuatrocientos golpes y el principio de , adivinar que gesto de Dustin Hoffman terminó por hacer que me creyera su personaje, explicar la gracia de Elephant, descubrir donde dieron con la clave aquella película de terror que no me hizo reír o aquella comedia que no me avergonzó, rescatar la escena concreta en la que dejé de esforzarme por entender qué estaba pasando en Mulholland Drive, saber por qué detesto El club de la lucha...

En definitiva son sensaciones, opiniones, sorpresas y desilusiones, vienen y van cuando quieren así que Quemar después de ver tendrá continuidad pero no está garantizada la regularidad ni mucho menos la afinidad con vuestras sensaciones, aunque se pueda dar el caso oiga. Y ya que vamos a desentrañar tanta película, como carta de presentación que sean mejor tres películas muy concretas las que hablen por mí, especialmente con su final sin palabras, respondiendo a la pregunta sobre qué tiene el cine (el arte en general) de especial, que cada uno lo entienda a su manera y si no las ha visto son mis tres primeras recomendaciones: Cinema Paradiso, Rebobine por favor y Ratatouille.

Buen provecho.