lunes, 13 de febrero de 2012

Descalzos en Nakatomi Plaza

¡¡YIPI KAI YEI, HIJO DE PUTA!!
John McClane, La jungla de cristal 1, 2, 3 y 4
Viendo ayer en casa La Jungla 4.0, mi padre no paraba de quejarse de la veracidad de las escenas -metralletas de cargadores con infinitas balas, explosiones sin sentido, caídas y golpes brutales de los que se sale con un par de rasguños, malos sin puntería y a todo esto la policía no aparece por ningún sitio- cuando aún ni siquiera había visto a Bruce Willis derribar un helicóptero lanzándole un coche. Se acabó quedando dormido poco después y es cierto, hay mucha gente para quien ver a Bruce Willis soltar un chiste detrás de cada bala no es gracioso y las fantasmadas de uno contra todos no se las creen. Está bien, sencillamente este cine no es para ellos.


Sin embargo, como todos recordamos el primer amor, aquel día que ganamos gracias a nuestro gol en el último segundo, la vez que sacamos la nota más alta en clase y demás lugares comunes de toda la vida... nosotros además recordamos el día que fuimos descalzos por el Nakatomi Plaza, aquella primera jungla de cristal. Y es un placer volver a pensar que todo es posible, como cuando éramos niños, cuando aún estaba intacto nuestro concepto de lo que un héroe debe ser. Estas no son sensaciones para juzgar con objetividad, si no te gusta John McClane lo que falla no es el guión ni los actores, falla el contexto así que prueba con otra cosa y no le busques el sentido...

...porque si nunca corriste descalzo por Nakatomi Plaza nunca vas a saber lo que significa.

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