lunes, 9 de abril de 2012

Intocable

"Mucho más divertida que Mar adentro. Si se la llegan a poner a Ramón Sampedro a lo mejor se le pasan las ganas de matarse"

A veces miras la lista de películas más taquilleras (de discos más vendidos, de programas más vistos) y empiezas a mirar con desconfianza a las personas que te rodean, preguntándote quien será culpable de semejantes que semejantes despropósitos triunfen. Intocable (Olivier Nakache, Eric Toledano, 2011) ha sido un gran éxito de taquilla y no es ninguna obra maestra, sin embargo en este caso se entiende perfectamente por qué está triunfando: sales del cine de buen humor.

El comentario que abre esta entrada es de Jaime (aquel nostálgico que quería un Delorean cuando fuimos a ver Super 8) y representa muy bien la sensación que deja la historia de Intocable y, mucho más que la historia, el tono que tiene para hablar de su tema. Porque tenemos un tetraplégico y tenemos un desecho social recién salido de la cárcel y con poca disposición para trabajar, con estos dos los últimos grandes talentos de España hubieran hecho un cruce entre Mar adentro y Los lunes al sol, un drama crudo y deprimente. A esta gente sin embargo les ha salido una comedia, divertida porque sus actores son graciosos pero no payasos y agradable de ver porque su historia es bonita pero no ñoña. Justo lo que se necesita en estos días de indignación en que uno sale a la calle y todo es un motivo para indignarse un poco más, un chute de optimismo y reír un buen rato.

Dicen que ACDC ha tenido sus mayores éxitos en tiempos de crisis porque sus letras y sus canciones no tienen nada que ver con las cosas que te comen el coco en la vida diaria. Yo asiento al ritmo de Rock and roll ain't noise pollution y recomiendo a todo el que se sienta dentro de esa corriente de indignación que descanse un rato y se acerque a ver Intocable, que se ponga el Back in black o que tome All-Bran, que ya vale de todo el día esa cara de malas pulgas.

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