sábado, 17 de septiembre de 2011

Paranoia Agent

Me cuesta seguir las series de capítulos no concluyentes, me gusten o no en cualquier parón de un par de días acabo abandonándolas, así que los solo 13 capítulos de poco más de 20 minutos de Paranoia Agent (Satoshi Kon, 2004) es la duración ideal para mí.


Creo que parte de la culpa de que me cueste seguir una serie es lo parecidas que son todas entre si, podríamos hacer una clasificación de tres o cuatro categorías y encasillar en una de ellas a cada serie, a partir de ahí todos los capítulos tendrán el mismo desarrollo, incluso las ideas más originales acaban ceñidas a alguna línea recta. Paranoia Agent no tiene categoría y finalmente no tiene línea que dure recta mucho tiempo, puedes creer haber encontrado un patrón en los primeros capítulos pero de repente todo se vuelve un gran WTF! y vuelves a empezar de cero. Oscura como pocas, incómoda y muy desconcertante, tanto como David Lynch en sus momentos más perturbadores de Carretera perdida o Mulholland drive (homenaje incluido a Twin Peaks), nos enseña los rincones enfermos del individuo y de la sociedad, dando a veces hasta miedo ver tan cristalino el reflejo de nuestro mundo en ella.


Toda serie necesita un gancho, el de Paranoia Agent es "el chico del bate", un niño con bate y patines dorados que va realizando ataques en serie a personas aparentemente inconexas y sin una motivación clara. Una trama adictiva, una animación y banda sonora muy cuidadas que consiguen su intención de ser desasosegantes, unos personajes bien definidos... y de repente en algún momento todo se va de madre y acaba pasada de rosca, pero a pesar de todo el intento de pasar por el aro merece mucho la pena por esos momentos en los que nos más nos atrapa. Sí, esa es la palabra que mejor la define: "atrapante" en el mejor y el peor sentido. Dicen que a Perdidos le pasa lo mismo, un final no del todo satisfactorio pero un desarrollo atractivo. Aquí son solo 13 capítulos cortos, dale la oportunidad.

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